El bizcochuelo es una de esas masas que siempre son bienvenidas. Solo, con crema, con chocolate, con dulce de leche, con mermelada, con lo que quieras o tengas, siempre es bien recibido. Pero, no siempre nos resulta hacerlo, por eso te contamos cómo hacer para que salga siempre fácil, rápido y con pocos ingredientes.
Las masas se clasifican en diferentes grupos, fundamentalmente por sus ingredientes y también porque tienen diferentes técnicas de producción. El bizcochuelo forma parte de las denominadas masas batidas livianas.
Dentro de este grupo se encuentran masas compuestas básicamente por huevos, azúcar y harina. Pueden también tener, por ejemplo, manteca o miel, en muy bajas cantidades, pero no son ingredientes indispensables. Cada batido liviano tiene una técnica o procedimiento para su formación.
Este tipo de masas son muy versátiles y son piezas de uso habitual tanto en la pastelería profesional, como en los hogares. ¿Qué mamá o abuela nunca hizo un bizcochuelo casero? Para una fiesta, un cumpleaños, alguna tarde junto a un té, café o mate. Un bizcochuelo es de esas cosas que son para compartir entre toda la familia, desde los más chiquitos hasta los más grandes. Nadie se niega a una porción.
El bizcochuelo casero muchas veces intimida, pero la realidad es que es sumamente simple de realizar. Una vez que lo practicás algunas veces y sumás confianza, no vas a volver a comprar los polvos de premezcla comercial. El bizcochuelo casero tiene mejor textura, más humedad, mejor sabor y controlás el 100% de sus ingredientes, sin aditivos de ningún tipo como los que traen las mezclas comerciales o los bizcochuelos que se comercializan en supermercados.
Vamos a los ingredientes. En realidad más que receta te vamos a compartir las proporciones y luego, en función del tamaño desees que tenga o el molde que uses, solo vas a tener que multiplicar. La regla es muy simple y se mide por cada huevo:
- Huevo 1 u.
- Azúcar 30 gr.
- Harina 30 gr.
Es la base fundamental de la masa. Después podés sumarle el sabor que desees. Por ejemplo: esencia de vainilla (extracto mucho mejor), ralladura y/o jugo de algún cítrico (limón, naranja, mandarina, pomelo). También, si querés hacerlo de chocolate, podés reemplazar hasta un 20% del harina por cacao amargo (asegurate que sea amargo porque sino vas a sumar más azúcar de la necesaria). De esta forma, para que sea de chocholate, las proporciones serían:
- Huevo 1 u.
- Azúcar 30 gr.
- Harina 24 gr.
- Cacao amargo 6 gr.
Al bizcochuelo de chocolate no es necesario sumarle algún sabor extra, porque ya el gusto se lo va a aportar el cacao amargo. No obstante, le sienta bastante bien sumarle alguna mínima gota de esencia de vainilla que realza el sabor a chocolate.
En adelante, para saber la cantidad, solamente considerá el molde y multiplicá en función de la cantidad de huevos que uses. Por ejemplo para un molde redondo de 22 cm se necesitan más o menos entre 6 y 8 huevos según la altura que busques. No te pases a mucho más porque en el horno la masa crece bastante y puede desbordarse. También podés usar un molde cuadrado, rectangular, molde para muffins y hacer mini tortas individuales, o lo que quieras.
El tamaño también va a modificar el tiempo de horno, para tamaño muffin unos 8-10 minutos, para un tamaño de bizcochuelo redondo de 22 cm unos 30 minutos. La prueba es siempre la misma: palillo seco de brochete o mondadiente (de madera), clavalo en el centro hasta el fondo y retiralo. Si sale limpio está listo, si sale algo de masa, dale unos minutos más.
Vamos al paso a paso para que puedas empezar a trabajar ahora mismo:
- Encendé el horno y ponelo a 180° aproximadamente (es un horno medio). Es lo primero que hay que hacer porque necesitamos que tenga una temperatura homogénea a la hora de colocar la masa a cocinar.
- Enmantecá y enhariná el molde que vas a usar. Podés también enmantecarlo, colocar un trozo de papel manteca en el fondo, enmantecar el papel y luego enharinar. El papel va a ayudar a que se despegue más fácilmente. Pero si el molde no está rallado y enmantecás y enharinás bien, no hace falta el papel.
- En un bolw colocá los huevos y el azúcar. Rápido empezá a batir. Podés hacerlo con batidora o a mano. Hay que batir enérgicamente hasta llegar al «punto letra». Vas a notar que al batir van a aparecer cada vez más burbujas y se va a volver esponjosa la mezcla. Además va a comenzar a cambiar de color y aclararse. El «punto letra» lo alcanzás cuando, si frenás el batido y levantás la mezcla con el batidor, al caer te permite escribir sobre la masa y quedan legible el trazo.
- Agregá el harina (o harina y cacao) tamizada en tres veces. Incorporala con un batidor de mano o espátula (no uses ahora la batidora eléctrica) con movimientos envolventes. Mezclando desde el centro a los laterales, girando todo el tiempo el bowl para ayudar al batido y evitar que se pierda la menor cantidad de aire posible. No golpees para sacar la masa del batidor, ni batas en exceso. Solo lo justo y necesario para que el harina se mezcle.
- Colocá suavemente la masa en el molde y llevala al horno. Apoyala despacio también en el horno y no golpees la puerta del horno al cerrar. De esta forma evitás desestabilizar el batido y que se pierda aire (del que incorporamos al batir los huevos con el azúcar).
- Una vez que pasa la prueba del palillo, y sale limpio. Retirá el bizcochuelo del horno dejalo reposar unos 10′ ó 15′ antes de desmoldarlo. Dejalo reposar sobre una rejilla de metal hasta que se enfríe y está listo para cortar, comer y compartir.
Una vez frío ya podés cortarlo sin problemas. Si querés rellenarlo o decorarlo, es conveniente dejarlo reposar unas horas, o de un día para el otro, para que se seque un poco y no se desgrane ni desarme tanto.
¿No sabés qué ponerle para que quede bien? Te compartimos una opción ganadora que funciona siempre.
- Hacé un corte transversal para divir el bizcochuelo en dos capas.
- Pintá la capa inferior con un poco de mermelada de frutas (frutilla, arándanos, frambuesas, siempre quedan bien).
- Agregá encima una capa de crema batida. Una proporción que siempre queda bien es agregarle a la crema un 20% de azúcar. Podés sumar un poco de esencia o extracto de vainilla también para saborizarla y obtener la clásica Crema Chantilly.
- Podés agregar también algunas frutas frescas (de preferencia las mismas de la mermelada). Y colocá la capa superior.
- Para terminar fácil en la parte superior, tenés dos opciones. La más rápida, tamizar azúcar impalpable y listo. La segunda, poner unos picos de crema con una manga o esparcirla con una cuchara por toda la superficie, y terminarla con algunas frutas frescas.
Ahora que te contamos todos los secretos para que tus bizcochuelos salgan sí o sí, no tenés excusas. Practicalo y sorprendé a tu familia y amigos con uno el próximo fin de semana o cuando se junten. Seguro te van a pedir la receta.
Contanos cómo te salió y si tuviste algún problema. ¿Cómo lo decoraste? No interesa conocer cuál es tu opción preferida para sumar nuevas ideas y compartirlas entre todos.