Jauja: una joya gastronómica en El Bolsón

Hace poco estuve de visita en El Bolsón, una ciudad pequeña al sur de Bariloche en la provincia de Rio Negro en Argentina, y descubrí Jauja, un lugar a donde todo está bien. Si vas para la zona no podés dejar de pasar y disfrutar la comida, los helados y los chocolates que producen.

El Bolsón es una ciudad pequeña, entre montañas, que está a unos 200 km al sur de Bariloche por una ruta hermosa, sinuosa con subidas y bajadas, y en invierno llena de nieve a los costados. Ciudad conocida por sus montañas, una fuerte ola hippie hace unos cuantos años y hoy un lugar con mucho recambio poblacional ya que cada uno o dos años casi la mitad de la población rota.

La zona tiene una variedad de productos increíble pero hay dos que sobresalen de el montón: la trucha salmonada y la rosa mosqueta. También se encuentran liebres, corderos, frutas rojas o de bosque, chocolates, hongos, de gran variedad y calidad, la trucha y la mosqueta son los que más abundan y parecen ser más característicos cuando uno recorre y habla con la gente de la zona.

En particular la trucha, es distintiva porque desde El Bolsón hay dos ríos que confluyen en el océano Pacífico cruzando la cordillera de los Andes del lado de Chile. Eso hizo que las aguas dulces de estos ríos se mezclen con la salada del océano y cruzando también especies. En este caso, ciertos salmones con la trucha clásica de la zona terminó en concebir la trucha salmonada tan característica de la zona. Con un sabor increíble, suave a pescado, con toques de salón pero más salvaje, pero al mismo tiempo una carne firme, fresca, muy rica y que te invita a seguir comiendo.

Por su parte, la rosa mosqueta, es casi considerada un yuyo o maleza en la zona, crece de forma intensa y salvaje y es casi un símbolo de la región. Tiene una cantidad de derivados increíble y gracias a la cantidad de su producción también se trabajó en el aprovechamiento completo de la planta. Hoy en día se producen dulces, aceite, cremas, harinas y muchas otras cosas a partir de esta planta. De un sabor casi indescriptible y muy particular la rosa mosqueta combina algo frutal con toques florales, algún recuerdo a tomate y tonos ácidos bien marcados.

En Jauja estos dos productos son estrellas. Aprovechan todos en estación y le hacen buena prensa a la riqueza de la zona. Jauja no es solo un restaurante, de hecho es por lo que menos conocido es. Jauja son tres negocios: una heladería, una chocolatería y un restaurante.

La heladería es lo que más me recomendaron desde el momento que pisé El Bolsón. Tiene helados que se nota ya tan solo de verlos que son caseros hechos artesanalmente. Además no usan aditivos ni agregados artesanales. Todos los productos que usan son naturales y de la zona. La variedad que tienen de sabores también denota el compromiso con los productos de la zona. Algunos que cuando los vi me fascinaron y cuando los probé aún más:

• Limsau, hecho a base de macerar flores de sauco con limón. Un sabor muy característico y refrescante.
• Mousse de frutos del bosque. En gustos como este es imposible enmascarar el agregado de aditivos, y aún más, cuando se prueba un helado como este que realmente está hecho solo con fruta y crema real, se nota y mucho. Tiene un sabor profundo a moras, frambuesas y otros frutos del bosque en una crema sedosa y suave.
• Mousse del Piltri, en homenaje al Cerro Piltriquitrón característico de El Bolsón. Es una mousse de dulce de leche con almendras acarameladas super crocantes.

Todos los chocolates son increíbles también. Y hay otros sabores interesantes para considerar, como frambuesas con leche de ovejas, lúpulo con frambuesas (valorizando la gran producción de lúpulos en la zona), peperina granizada.

Justo al lado de la heladería, en el centro de El Bolsón, está la chocolatería. Todos los chocolates de Jauja se producen ahí. Es casero, orgánico, sin agregados químicos, ni aditivos, ni saborizantes, ni grasas extra. Solo lo que el chocolate naturalmente debería ser. Venden en dos formatos: rama o pequeños rectángulos.

Tienen una variedad muy interesante de chocolates. Con dulce de leche, con frutas como cerezas, frambuesas, con rosa mosqueta, con maní, con almendras, con nueces, también con licores. Solamente usan productos de la zona, de los cuales saben su procedencia y no están procesados químicamente de ninguna forma.

Allí además venden dulces y licores muy típicos y característicos de la zona, que vale la pena probar como por ejemplo el guindado, un licor hecho a base de guindas que es típico de la región, o un dulce de rosa mosqueta. Para llevarte un recuerdo, algo para comer durante el viaje o hacer un regalo, es un lugar a considerar. Además en cuanto a precios, hay que reconocer que no es barato, pero realmente no son precios locos, es muy razonable.

Capítulo aparte es el restaurante, que se encuentra justo del otro lado de la heladería. Este restaurante de Jauja tiene un ambiente súper cálido con una decoración llena de madera y flores secas. La carta tiene una buena variedad de pastas, carnes, pescados, postres.

Algunos platos para tener en cuenta:

• Trucha a la plancha. Como sea que la pidas, va a estar increíble. Pedí solo al limón para poder apreciar al máximo el sabor de la trucha en sí. Realmente es un producto que no podés irte de la zona sin probarlo.
• Cazuela de cordero. Es para compartir, pero la gente de Jauja me hizo una porción para uno para poder probarla. El cordero no es para nada agresivo, es una carne de sabor delicado. Vienen varios cortes de cordero para probar diferentes carnes del animal junto a una buena cantidad de verduras y papas fritas.
• Sopa de rosa mosqueta. Es un sabor peculiar. La porción es grande y es difícil poder terminarla porque realmente es un sabor potente. Recomiendo pedir una entre dos o tres para compartir. Una textura delicada, con un aroma que tiene algo de tomate y otro tanto como a flor. Un sabor específico y difícil de describir pero es predominantemente ácido con algunos puntos dulces fuertes, con un retrogusto algo amargo e intenso. Viene con crema fresca que es fundamental para poder seguir tomando.
• Raviolones de trucha con masa de rosa mosqueta, que para rematar los pedí con una salsa de crema y hongos del bosque. Los masa es delicada, hecha con una parte importante de harina de rosa mosqueta, valorando el producto zonal, el relleno tiene una buena cantidad de trucha desmenuzada en pedazos y no procesada ni mucho menos. La salsa por su parte es profunda, con hongos de distintas variedades, morillas son los que más destacan. De principio a fin es un plato que es simplemente un 10. No tiene un solo punto flojo. Desde el primer bocado tu mente solo puede pensar en seguir comiendo y disfrutando cada nuevo bocado.

Por otra parte, y también para destacar, la atención es muy buena. Si bien coincidió que fui entre semana y en una época de muy bajo flujo turístico, me atendieron increíblemente bien. Muy amables, considerados. Y con detalles también que sumaron a tener una experiencia aún mejor. Además de la panera que tiene panes caseros de entre los que destaco una focacchia con sal marina, romero y ralladura de limón que es increíble, me sirvieron un aperitivo hecho con flores de sauco y limón que fue espectacular, es una lástima que no se pueda comprar para llevar.

En El Bolsón podés encontrar el restaurante, la heladería y la chocolatería  de Jauja en Av. San Martín 2867 a solo una cuadra de la Plaza Pagano en el pleno centro de la ciudad.

Para más info pueden visitar sus redes sociales:

• Facebook: facebook.com/jaujahelados
• Instagram: instagram.com/jauja_helados

Definitivamente si están por El Bolsón o están planeando ir, agreguen Jauja a las cosas que tienen que visitar sí o sí. Para un almuerzo o una cena, para un helado después de comer y antes de irte para llevarte una caja llena de chocolates. Si conocés Jauja o vas a ir, contame en los comentarios qué te pareció.